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lunes, 10 de enero de 2011

Tocante a la música



En efecto, la música es simplemente eso, el arte de combinar los sonidos y los silencios, es simplemente arte.
Gracias a la tradición de regalar cosas en los cumpleaños, entre que me hice y me hicieron de uno de esos artefactos que reproducen música, y en realidad estoy agradecido. Predomina en él ampliamente el rap. Se dice que rap es un acrónimo, Rhythm and Poetry, o bien, Ritmo y Poesía. Ambos componentes armonizados crean maravillas. Existe el sampleo, que para muchos es simplemente plagio, pero se ha vuelto con el tiempo algo básico y casi artístico. Se trata de tomar un pedazo de una canción cualquiera e introducirlo en una composición propia. El sampleo abarca desde Chopin hasta Sendero Vallenato, dependiendo del nivel de detrimento que sufra la mente de quien samplea. La poesía sobre una batería y un bajeo fragoroso sin recaer en lo molesto acompañada por el nocturno en mi bemol opus 9 No 2, es algo que se tiene que experimentar para entenderse, algo a lo que hay que abrir los oídos para después juzgar a placer. Soy de esos que saben apreciar cuando la música, independientemente del género, está bien ejecutada, y más que eso, aprecio cuando la música es buena, y cuando no. No soy de esos que dicen, yo puro Rap, porque lo demás es mierda, sino que en base al criterio que he sabido forjarme es que escucho, proceso y después determino si volver o no a escucharlo. Hablar de la música, es hablar de algo grande, es hablar de una de esas evidencias de que no estamos en el mundo sólo porque el azar así lo permitió, es hablar de que hay algo más allá de nuestro entendimiento que por medio de la música misma nos permite soslayar a qué nos atendremos en la eternidad. La juventud está afectada, bastante. Y prueba de ello es que sólo gusten de los géneros, así denominados, urbanos que abordan temáticas entre lascivas y criminales, o bien de enamoramiento burdo sin tomar en cuenta el amor, o de acordarse de toda la mierda loca que alguien hizo esa noche, para así tratar de pretextar que, por cuanto cierto -ya no autor sino- intérprete con autotune  lo canta, entonces está bien, debido a esa carencia completa de personalidad e identidad del ser que se propaga como el ébola, lo cual, reitero, me enerva. La música es, en resumen, hermosa, algún día abundaré más, porque este texto fue el pretexto para, aparte de escribir, lo cual es también hermoso, agradecer a la gente que está checando este blog. Agradecer a quien analiza lo que uno ya de por sí analizó para así plasmarlo en el papel, en la hoja de texto, para que así, sin que suene a reiteración, alguien más lo analice.


Gracias.


Alejandro




 

2 comentarios:

  1. Entonces, ¿Eliel es joto o no? XD

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  2. Es bueno que tengas ese sentir por la música, eso lo hace artística; el hecho de que una persona vea más en ella que sonidos y tenga sensaciones intensas. Aún así, creo que es muy presuntuoso, quizá un poco lugar común, que digas que puedes escuchar música y darte cuenta de su calidad, más que nada porque los parámetros para determinar si la música es buena o mala, ya han sido rotos o han evolucionado. Aunque esa es sólo mi froma de pensar, es posible que tú tengas la razón. Yo alguna vez pensé así.

    Justo ahora me gusta pensar que la música es bella, pero es más bella es la mente humana que la interpreta para sí, y le da un significado muy personal, sin importar la "calidad" de la misma. Creo que si ha alguien le conmueve alguna canción de la factoría o RBD, como a ti o a mí nos conmueve equis canción, ese conjunto de sonidos que consideramos música ha logrado su objetivo. Saludos, estimado.

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