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martes, 23 de febrero de 2010

De Agape, Filio y Eros.


Amor a la vida. Amor a Dios sobre todas las cosas, ya que somos nada más que su obra. Amor a la creación, a la inteligencia, al libre pensar y a la imaginación. Amor a la familia, a la hermandad y a la amistad.

Amor a la emoción, a la sensibilidad, al corazón. Amor a saber que la cantera no es el propio material, si no que la carne y el hueso hacen su función.

Amor a la sustancia, al sentido, a la coherencia. Amor también a lo incoherente, cuando no atrofie. A la dirección y al destino, a la inclinación correcta.

Amor a la mujer, y ese a quemarropa. Amor a sus entrañas, sus sentimientos, su influencia. A la concentración de sus pensamientos, cuando el foco es aquel yo representando a Romeo. A los regalos que da, que son lo mejor del Ser Humano y del ser humano. A los sueños que cumple y a los que deja en el aire.

Amor al Yo, al potencial propio, a la búsqueda de superación. Amor a la imperfección de la persona, al error y a la sentencia. Al saberse incompleto hasta no buscar el Justo Complemento.

Amor a la música, y este en negritas. A cada nota cuyos ecos retumban y recorren hasta en el más solido tímpano, trascendiendo hasta la última neurona, la que guarda el alma. Al escalofrío que conlleva el identificarse con el mensaje, aún y cuando este no sea en forma de palabra. Amor, mucho amor a la música.

Fuimos creados para sentirlo, y el mundo gira por él. ¿Concepto propio del Amor? Gracias, no necesito. El saber que ahi está es más que suficiente.










No he muerto. Adrián M.  " El niño más bonito" (jaja algún día tomaré venganza carnal)

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