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domingo, 24 de enero de 2010

Superpari-reventón




En la fila yo, extensa por cierto, para pagar trámites creía yo innecesarios, lo sigo creyendo. La caja aún no abría así que deparaba un buen rato de espera, de soliloquio mental. Pero no, no fue así. No como hubiera querido. Estaban ahí. Frente a mí 3 individuos de aquellos, de esos que a veces veo y/o escucho y no me queda más que reírme, no precisamente con ellos. Pero no siendo suficiente su presencia, decidieron abrir la boca. El vía crucis apenas comenzaba, no era muy largo, cuestión de 15 metros, el problema fue que los avancé en una hora y media. En esos días estuve pensando que tal vez le estaba dando méritos de más al alcohol. Que tal vez no tantos tontos lo consumen y que tal vez no deja tan imbécil como pensaba. Bastaron no menos de 90 minutos para darme cuenta de que:

1) Mis pensamientos originales acerca del, llamémosle pisto, en realidad se quedaban cortos.

2) Sí deja bastante imbécil.

y

3) Mientras más menciones el adjetivo "güey", la charla denota más seriedad... güey. jaja

Algunas de las frases que resaltaron fueron (favor de agregar el adjetivo anteriormente mencionado al gusto, algo así como 1 vez cada 3 palabras):

- "Ya la había cantado, que ese día me iba a poner bien pedo"

- "Es que ni avisaste, nomás te recargaste y empezaste a vomitar toda la chaqueta, aparte olía bien gacho. ¿Qué comiste ese día? (Nótese la seriedad de la charla)

- No pos comí (algo que no recuerdo).

- A ps por eso se veía todo rojo".

Todo lo anterior acompañado de un peculiar y marcado acento fresa, claro está, pero no se desanimen, aún hay más:

- "A tí te pasó como a [(individuo con nombre y apellido)... (¿por qué dicen su apellido?)] que no estaban sus jefes, y ése día de puso bien mal, tomó como baboso y le dió una congestión, fueron por él unos tíos y lo aventaron como bulto a la camioneta, acabó en el hospital y al otro día le hablé y me dijo que estaba alegre porque sus papás no se habían dado cuenta"

- "Es que yo siempre aviso, si voy a vomitar o a hacer pipí (así dijo), siempre aviso. Como la vez que íbamos en la camioneta de (no sé quién), les dije: ehh, tengo que vomitar. Se pararon y se fueron porque tarían prisa, pero me bajé con (otro ser de su calaña) y haz de cuenta que vomité, y me caí, me levantó (el mismo ser de su calaña) y oriné, y me volví a caer, al otro día no sabía ni que pedo"

- "Nombre mira, con 200 pesos te compras unos cigarros  y te pones bien pedote, pero pedototote" y después risas (¿de qué rieron?).

Hubo un momento en que me quisieron invitar a su peculiar conversación, pero decliné amablemente con un: "Aquí estoy bien".

Y vaya que estaba bien, a comparación de ellos.

Alguna vez escuché que no más de 3 de cada 10 niños de los que empiezan una vida escolar terminan la universidad, y más triste que eso es que estos 3 de los que les hablo serán de los que terminan una carrera universitaria. Algún día serán abogados, ingenieros, doctores o qué se yo. Y si es que llegamos a necesitar sus servicios, estaremos a merced de ése que: "No avisó y empezó a vomitar la chaqueta". O de ése que: "Vomitó, se cayó, orinó, y se volvió a caer" o de ése que en vez de jajaja, escribe hahaha, o de ése que tuvo que pagar un curso y 2 extras el muy mediocre, o de ése que está leyendo estas líneas...

Triste también es que no sean los únicos en ese plantel en ser así. Todo acabó conmigo pagando 1 curso y 2 extraordinarios y dándole gracias a Dios por tener 2 piernas que me ayudaron a alejarme de dichas personas.

Acerca de la imágen, no encontré otra más acorde.




Alejandro (Agradecimiento hay en mi corazón para con Gustavo por recomendarme un título).


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