El ácido láctico quiere de dolor matarme, pero le falta. A éste nivel nomás me impide el libre acceso a mis brazos. El sueño decidió dormirse y heme aquí sin saber discernir si es muy tarde o muy temprano. La inspiración brotó cuando menos me apetecía, ¿dónde estaba cunado me urgió? (sépase, la inspiración). Mañana, reitero, es decir hoy apunta a ser un buen día, con el mismo sol, el mismo viento, la misma noche que hoy, o más bien ayer, decidí no notar. El recuerdo por ahora se digna a burlarse y creo que la nefastez del asunto llego a su tope hace unas 13 palabras escritas. Esa maestra de la cual escribí hace meses, esa que vociferó que de su gracia había yo tropezado, acabó exentándome y diciendo que le caigo bien. Malaya sea. Lo bueno es que sigo sin recordar su nombre. Últimamente he visto disparos de pistola a la inteligencia y las buenas costumbres en las epístolas de las mentadas redes sociales. Insistió la raza humana en retroceder en cuanto a progreso se refiere al grado de que ése prefecto de gracioso nombre, y no me refiero a Elmo Elmer... no, el otro prefecto llamado Nimrod (letras más, letras menos) hoy día se ve en una relación formal con una que estaba en mi salón. Y luego me acuerdo de esa prefecta (secundaria inestable ehh?), "Becky"... Ver su nombre escrito me sigue produciendo imaginar su cara, lo cual me sigue produciendo arcadas. Por cierto, recuerdo que en medio del furor veraniego de fin de clases, esa alumna que anda con el prefecto me pidió que le firmara su playera, y firmé: "Raquel: te quiero más que a Becky".¿Quién diría que hoy incluiría a esas personas en esta hoja de papel? Le pregunté al sobrinito: "Y qué, ¿ya entraste a clases?. - Uhhh, como desde el 7 de enero". Eso me partió el alma. Hablando de sobrinos, una amiga me dijo que a su sobrina Penélope le llaman "Pene". Pobrecita. Ahora sí, definitivamente es más temprano que tarde, después desvarío más.
Paz (Los nombres y sucesos anteriormente mencionados son del todo -desgraciadamente- verídicos).
Alejandro
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