lunes, 20 de septiembre de 2010
Pero él nel
Hace un año estaban operando a mi jefe, días más, días menos. Complicaciones renales propias de la edad, nada a lo que no estuviera acostumbrado, un risquito nomás. Hace un año casi exacto de haber ido y venido hasta aquel hospital donde él se encontraba. Un año que lo escuché quejarse del dolor como nunca antes yo lo había escuchado y él lo había sentido. El mismo tiempo hace que según me dijo mi madre, mi padre -y por un dolor más gacho al antes mencionado- hasta había dejado un par de instrucciones post mórtem, por si acaso, de las cuales no me acuerdo. Hace casi un año que, yo en mi insensatez, estando mi papá sedado por la intervención, quise ir a ponerme los bigotes del aletargado, a celebrar "la patria". Sabiamente la jefa supo negármelo, yo como buen púber supe enojarme como pocas veces a grado tal que en casa de mi abuela, con el grito frustrado, desarrollé una entrada de esas que creo que nadie comentó, pero de las que se me hacen menos peores. (Favor de checar el archivo del blog más o menos por estas fechas pero de hace un año, si gustan.) Hará menos de un año que mi papá está mejor y que leyó dicha entrada, que me felicitó por ella y que yo creo que él cree que escribo "dos tres".
De un tiempo para acá suele preguntarme que qué me tengo, que qué me pasa, que qué pienso... A lo que respondo "Nada, nada y nada"... Pero si él se da cuenta, algo debe haber por ahí, ¿qué será? Yo creo que nada.
Hace o hacen unos meses que cumplió cincuentaitantos pegándole a 58. De repente me invaden las preguntas, cuántos le quedan, cúanto falta, cuánto para pasar del tengo al tuve, del tenerlo al ya no. Como que se me dobla el alma se me humedecen los ojos y mejor sordeo el tema...
Hace unos días que me llevó al doctor y que charlamos de todo y nada, de la calidad de vida, el futuro, el periodismo, los mercenarios de la pluma, la música, la revolución, la incongruencia y más. Me llevó a comer nieve a un lugar de ambiente medio senil/solemne, con su gorra con una "A" al frente que, posiblemente porta por aquello de "Alejandro", o igual y es fan de los "Angels" o en una de esas ni ha notado. Me dio a entender que no hay que complicársela, que la cosa es calmada, que a lo mejor no estaría mal seguir aquel ideal del primo que a mi sugerencia de que leyera algún libro respondió: "Yo con lo que sabo tengo" y que por sueño tiene un cadillac del año, una mujer, y levantar una tonelada.
Hace un rato que le salió lo electricista y que me dijo que me pusiera a estudiar, que me pusiera a orar y que me durmiera.
Hace 17 años y tal vez medio más que me viene viendo a diario, y que no se aburre de enseñarme, ni de darme 3 comidas diarias cuando menos, educarme ni de simplemente verme, cosa de lo que -a lo mejor- yo mismo ya me hubiera hartado. Pero él nel.
Hace un par de horas que llegué con libros varios, igual y hasta medio presumiendo o esperando un "Qué bueno que leas" o alguna tontería que traería yo en mente, lo que recibí fue un "Ese es el autor más blasfemo que ha habido en la historia, mejor ponte a leer la biblia"... A mí me sorprendió la facilidad con la que le atino a los libros que no le agradan, y naturalmente empecé a preguntarle al respecto. No sé que sea, si soy muy hostil o qué, pero seguido sugiere, no tan sutilmente y ya después de un rato de mis cantaletas, que no lo cuestione, que él sabe lo que dice, que cómo no cuestiono a este o al otro y que simplemente acepte sus consejos que son los que más me desean bien que los de ningún otro. Yo sinceramente creo no cuestionarlo, o al menos no en aras de hacerlo caer o notarle algún error, charlar con él deriva de alguna manera de esa admiración por él que no se termina, espero sepa perdonar mis imprudencias y que ya sea leyendo esto o de alguna u otra forma sepa que sé que no hay punto de vista más cierto y aplicable que el suyo.
Y si en estos momentos me viera, se enojaría conmigo porque "qué horas son estas, ya vete a dormir, ¿qué haces, tarea? Con más razón ya duérmete." Y razón tiene, tiene razón.
Podrá sonarles cursi, pero soy el ser al que menos le interesa eso en este momento.
A mi papá, lo amo.
(La que sí me acaba de "torcer" es mi madre, a la cual también amo... a ella le toca luego)
Alejandro
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